La Casa Rosada puso el foco en los pasos ilegales que conectan el país con Brasil, Paraguay y Bolivia; en paralelo, Fernández afina el decreto que establecerá las nuevas limitaciones a las salidas de los argentinos al exterior.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Las reuniones se suceden y superponen, con la urgencia que impone la sostenida suba de contagios y la lentitud en la llegada de las ansiadas vacunas. Aún sin una fecha concreta, el gobierno de Alberto Fernández afina el decreto que limitará todavía más las salidas de argentinos al exterior, sin chances de vuelos de repatriación. En sus consultas con distintos gobernadores, los funcionarios que responden al Presidente les piden a los mandatarios precisiones sobre cómo controlarán las “fronteras porosas”, por dónde pasan turistas o trabajadores sin chequeo ni registro alguno. Será uno de los temas centrales a resolver antes de efectivizar las medidas.
“No hay nada aún definido, aunque sí sabemos que se aumentarán controles”, afirmó una alta fuente del Gobierno. “El problema son las fronteras porosas, no solo los argentinos que vienen de viaje, que son rastreables. Hay que buscar la herramienta más eficaz”, agregaron cerca del Presidente. Y estimaron, como les dejaron en claro a los gobernadores fronterizos ayer, que buscan la “convicción” de los mandatarios provinciales para “controlar sus cuarentenas”.
Al igual que el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, el jefe de gabinete Santiago Cafiero insistió hoy en la necesidad de mayores controles ante los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca) y Raúl Quintela (La Rioja), a quienes recibió esta mañana en su despacho de la Casa Rosada. Por problemas “de agenda”, se suspendió una reunión entre la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y sus pares de Transporte (Mario Meoni) y Turismo (Matías Lammens), para ahondar en las restricciones a los vuelos internacionales (Aerolíneas Argentinas ya canceló 68 vuelos en la última semana). Nadie desconoce que no se trata de una empresa sencilla, habida cuenta la cantidad de pasos ilegales en provincias como Formosa, Jujuy o Misiones, con un tránsito de gente difícil de cuantificar.
Las premisa, entonces, sigue siendo “reforzar con fuerzas de seguridad de las fronteras para evitar el transito no habilitado”, con “especial atención” en las fronteras con Brasil, Paraguay y Bolivia.
La cepa de Manaos
¿Habrá cierre de fronteras con Brasil, afectada por la nueva cepa de Manaos? “Primero se reforzarán los controles. No es una discusión de esta semana”, descartan en un despacho de Balcarce 50. Y recuerdan que ayer se acordó declarar “esencial” al personal de control de fronteras y acelerar su vacunación.
Desde las mismas oficinas aseguran que continúa “en pie” la idea de hacer pagar el examen PCR y los 14 días de estadía obligatoria (y pagados por el usuario) en hoteles a aquellos argentinos que, de todos modos, decidan viajar al exterior. “Si entrás por Ezeiza aunque te hayas ido a vacunar afuera, podés contagiar. Y los PCR de 72 horas tampoco son del todo confiables”, justificaron desde otro despacho con conocimiento del borrador que prepara el Gobierno.
Aunque en la reunión con los gobernadores se revisaron cifras que indican que un 70% de los argentinos que vuelven al país residen en Capital y provincia de Buenos Aires, desde el gobierno porteño adujeron a LA NACION que aún no recibieron información sobre la eventual utilización de hoteles para el aislamiento.
“Esperamos novedades”, afirmaron desde el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que mantiene abiertos cinco hoteles para alojar a aquellos contagiados que, por distintas razones, no pueden seguir el aislamiento obligatorio en sus casas. Desde la secretaría de Atención Ciudadana porteña, que encabeza Facundo Carrillo, contabilizan poco más de 300 aislados en hoteles, aunque “el número va subiendo” de manera sostenida, afirman, al igual que los contagios en el país (un 15 por ciento promedio en las últimas cuatro semanas). “Habrá que ver quien paga todos los gastos”, se atajan en el edificio de Uspallata.
¿Regreso a la cuarentena estricta? “Si fuera por los infectólogos, sí. Pero hay otras variables”, se atajan en la Casa Rosada, mientras prefieren ir “paso a paso” con las medidas de restricción, que inevitablemente llegarán para mitigar los efectos de una eventual segunda ola de infecciones de coronavirus.
